lunes, 25 de agosto de 2014

¿Aun sigues esperando por él, verdad? Aun sigues esperando que llegue de rodillas pidiendo perdón que te diga que dejarte ir fue el peor error que pudo haber cometido que te ama y que ahora todo será diferente, ¿aun sigues pensando que la gente puede cambiar verdad?
Pues sabes que, la gente no es así, la gente no cambia de la noche a la mañana, la gente te puede prometer muchas cosas sin estar conscientes de lo mucho significan esas promesas para ti. Pero lo peor de todo es que sabes que si esa persona la cual te hace tanto daño llegara ahora mismo a pedirte perdón, un falso perdón, lo harías, lo perdonarías y lo recogerías en tus brazos como tanto te encanta hacerlo, porque simplemente así es el amor. El amor te recoge del vacío, te eleva hasta el cielo, te muestra lo perfecto que es todo, para al final dejarte caer en el mismo vacío.

Pero todos lo amamos, todos amamos el amor, amamos sentir que alguien se interesa por nosotros, amamos sentir los brazos de esa persona alrededor nuestro, cuando empiezas a amar sus ojos son lo único que deseas ver y su voz lo único que quieres oír, quisieras estar al lado de esa persona todo el tiempo, molestar, jugar, comer, reír, vivir una vida junto a esa persona, ahora esa persona es tu mundo entero y después de ella no ay nada que te haga sentir tal felicidad. Hasta que llega el día en que encuentras una pared justo a la mitad de sus caminos, una pared que no los deje avanzar, esa persona te suelta suavemente de la mano encuentra un nuevo camino y se aleja de ti, te desboronas, tu mundo se está cayendo frente a tus ojos y no hay nada que puedas hacer y en ese preciso momento es donde te das cuenta que vuelves al principio de este escrito, te quedas estancado frente a esa enorme pared sin poder tomar otro camino, estas ahí esperando que esa persona vuelva y te haga sentir tal felicidad que sabes que simplemente no volverá. 

- Luna

miércoles, 14 de mayo de 2014

No, no puedo llorar, no lo tengo permitido, el viento se ha hartado de mis lágrimas y las sábanas se han corroído por la sal.
No, no puedo morir, no está permitido, no tengo el derecho de hacer sufrir a alguien más, en el infierno no quieren oír mi lamentar y en la tierra nadie tiene tiempo para escuchar.
No, no puedo ser feliz, no está permitido. Porque eso no alegra a los otros y sus sonrisas son necesarias, como necesaria es mi soledad, como necesario es que entienda, que yo sí puedo, pero no aguanto más y ya no me quedan ganas de seguir. Yo puedo, pero ya no quiero y es más cómodo pensar así, ya me he acostumbrado a vivir así.

- Luna
Escribo mi historia aquí,para cuando muera y nadie sepa que sucedió, encuentren este blog y se den cuenta de la vida tan “feliz” que llevaba.