Caminé mientras sangraba, con cautela.
Caminé como si ahora no me importara nada más, la mitad de mi cuerpo aún ardía, era como si me hubieran quemado y luego puesto a cicatrizar en este ambiente.
Todos me sonríen (¿por qué lo hacen?) como si tras aquellos falsos gestos lograran esconder sus efímeras intenciones; trato de esbozar una sonrisa hacia ellos pero mi incongruente rostro aún duele.
Por un segundo aquel dolor desaparece y con la palma de mi mano rozo mi mejilla para sentir la piel quemada, pero, que sorpresa la mía ¡no existe esa dichosa piel quemada!, entonces ¿por qué aún siento dolor?
Empiezo a preguntarme cosas que creo saber de mi propio ser y noto que no sé nada acerca de mi, respiro...
Despacio.
Limpio una lágrima que ronda por mi mejilla.
"No deseo llorar", lágrimas involuntarias, malditas, despreciables, de este lado psicológicamente herido de mi repugnante ser.
Procuro ir a mi habitación lo más rápido que puedo y quitarme estas prendas que actúan contra mí, como una lija rozando mi piel.
Miro mi reflejo, mi horrendo rostro demacrado por los golpes de esta vida -ojalá no exista otra-, mi cuerpo débil y desnudo frente a este helado cristal.
He de reír sin ganas, con algo de ironía
¡Mírate! -susurro- no eres nada, no eres nadie.
THE WAY OUR HORIZONS MEET
I wonder, do you see them, to?
martes, 10 de noviembre de 2015
lunes, 25 de agosto de 2014
¿Aun sigues esperando por él, verdad? Aun sigues esperando
que llegue de rodillas pidiendo perdón que te diga que dejarte ir fue el peor error
que pudo haber cometido que te ama y que ahora todo será diferente, ¿aun sigues
pensando que la gente puede cambiar verdad?
Pues sabes que, la gente no es así, la gente no cambia de la
noche a la mañana, la gente te puede prometer muchas cosas sin estar conscientes
de lo mucho significan esas promesas para ti. Pero lo peor de todo es que sabes
que si esa persona la cual te hace tanto daño llegara ahora mismo a pedirte perdón,
un falso perdón, lo harías, lo perdonarías y lo recogerías en tus brazos como
tanto te encanta hacerlo, porque simplemente así es el amor. El amor te recoge
del vacío, te eleva hasta el cielo, te muestra lo perfecto que es todo, para al
final dejarte caer en el mismo vacío.
Pero todos lo amamos, todos amamos el amor, amamos sentir
que alguien se interesa por nosotros, amamos sentir los brazos de esa persona
alrededor nuestro, cuando empiezas a amar sus ojos son lo único que deseas ver
y su voz lo único que quieres oír, quisieras estar al lado de esa persona todo
el tiempo, molestar, jugar, comer, reír, vivir una vida junto a esa persona,
ahora esa persona es tu mundo entero y después de ella no ay nada que te haga
sentir tal felicidad. Hasta que llega el día en que encuentras una pared justo
a la mitad de sus caminos, una pared que no los deje avanzar, esa persona te
suelta suavemente de la mano encuentra un nuevo camino y se aleja de ti, te desboronas,
tu mundo se está cayendo frente a tus ojos y no hay nada que puedas hacer y en
ese preciso momento es donde te das cuenta que vuelves al principio de este
escrito, te quedas estancado frente a esa enorme pared sin poder tomar otro
camino, estas ahí esperando que esa persona vuelva y te haga sentir tal
felicidad que sabes que simplemente no volverá.
- Luna
miércoles, 14 de mayo de 2014
“No, no puedo llorar, no lo tengo permitido, el viento se ha hartado de mis lágrimas y las sábanas se han corroído por la sal.
No, no puedo morir, no está permitido, no tengo el derecho de hacer sufrir a alguien más, en el infierno no quieren oír mi lamentar y en la tierra nadie tiene tiempo para escuchar.
No, no puedo ser feliz, no está permitido. Porque eso no alegra a los otros y sus sonrisas son necesarias, como necesaria es mi soledad, como necesario es que entienda, que yo sí puedo, pero no aguanto más y ya no me quedan ganas de seguir. Yo puedo, pero ya no quiero y es más cómodo pensar así, ya me he acostumbrado a vivir así.
- Luna
No, no puedo morir, no está permitido, no tengo el derecho de hacer sufrir a alguien más, en el infierno no quieren oír mi lamentar y en la tierra nadie tiene tiempo para escuchar.
No, no puedo ser feliz, no está permitido. Porque eso no alegra a los otros y sus sonrisas son necesarias, como necesaria es mi soledad, como necesario es que entienda, que yo sí puedo, pero no aguanto más y ya no me quedan ganas de seguir. Yo puedo, pero ya no quiero y es más cómodo pensar así, ya me he acostumbrado a vivir así.
- Luna
Suscribirse a:
Entradas (Atom)